lunes, 8 de junio de 2015

¿QUÉ QUIERES SER CUANDO SEAS GRANDE?

¡Una tierna reflexión que nos pondrá a pensar a mas de uno!



¿Por qué los niños son mas felices?

Los niños son capaces de percibir de una mejor manera la vida, debido a que ellos tienen "hambre" de conocimiento, quieren experimentar nuevas cosas y descubrir todo lo que hay en su entorno (por eso es que se llevan todo a la boca en los primeros años de vida, preguntan el por qué de todo, se ensucian con tierra, pueden apreciar de mejor manera el sonidos de la naturaleza y disfrutar de ellos, entre otras cosas); ya que están aprendiendo a vivir y para ellos todo es nuevo. Esto les dará una mejor capacidad de sorprenderse de la vida y estar felices por sus nuevos descubrimientos, a diferencia del adulto en el que son pocas las cosas que lo sorprenden, debido al ajetreo del día a día el cual no les deja tiempo para poder apreciar las cosas y a esto se suma todos los problemas que asume un adulto y la obsesión por conseguir dinero.

Además los niños, a diferencia de los adultos, pueden ser mas sinceros y desinhibidos en sus comentarios ya que aún nadie les va a criticar estas acciones, por lo cual no tendrán sentimientos de culpa ante la gente.

Otra de las grandes diferencias es que los niños pueden interpretar de mejor manera el lenguaje corporal, por lo cual el sabrá quien realmente lo quiere o quiere ayudarlo y quien no, por lo cual si una persona le dice que lo quiere pero no lo demuestra o el niño no lo percibe así, el niño no estará dispuesto a establecer una relación de afecto con esa persona; los adultos solamente pueden captar el lenguaje verbal por lo cual son mas propensos a creerse las mentiras.

Finalmente la inocencia de los niños es un punto a favor, ya que no se preocupan por los peligros que existe o que pueda correr, por lo cual no tendrán que temerle a algo; ellos antes que nada buscarán su placer.

1 comentario:

  1. Hola Jenny!
    Me pareció una perspectiva muy interesante, tierna y persuasiva de la vida desde un punto de vista inocente e incorruptible como es la de un niño. Nos invita a reflexionar sobre lo que es realmente importante para nosotros y lo que nos llevará a la felicidad. Es triste que a medida que vamos creciendo se va perdiendo aquella capacidad de ser felices con tan poco y aunque lleguemos a alcanzar las metas que una vez nos propusimos para obtener la "felicidad" vamos a seguir sintiendo ese vacío emocional que nos proporciona vivir con aquellas cosas que no compra el dinero.

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